Pero las ranas, que estaban sentadas alrededor del estanque, en cuanto oyeron el ruido de su carrera, saltaron asustadas al agua. Entonces una de las liebres, la que parecía más inteligente que las demás, dijo:
--¡Alto compañeras ! No hay que apurarse tanto, pues ya ven que aún hay otros más miedosos que nosotras!
El consuelo de los desgraciados es encontrar a otros en peores condiciones.
Tomado de Cuentos y Fábulas en Sternet
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