- Por eso te ortigó - dijo la madre -, la próxima vez que te acerques a un gusano de esos, agárralo con decisión, sin caricias, y entonces será tan suave como seda, y no te maltratará de nuevo.
Al insolente, irrespetuoso, o delincuente, debe demostrársele siempre que la autoridad prevalece sobre él.
Tomado de Cuentos y Fábulas en Sternet
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