Hermes vio un águila que pasaba volando de izquierda a derecha y se lo dijo. Respondió Tiresias que ese pájaro no les importaba.
A la segunda vez, vio el dios una corneja encaramada en un árbol que ora alzaba los ojos al cielo, ora se inclinaba hacia la Tierra, y así se lo dijo. Entonces el adivino contestó:
-á Esa corneja jura por el cielo y por la tierra que depende de ti que vuelva a encontrar mis bueyes!
El ladrón gusta volver a visitar el lugar de su robo.
Tomado de Cuentos y Fábulas en Sternet
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