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viernes, 31 de diciembre de 2010

El avaro y el oro

Un avaro vendió todo lo que tenía de más y compró una pieza de oro, la cual enterró en la tierra a la orilla de una vieja pared y todos los días iba a mirar el sitio. Uno de sus vecinos observó sus frecuentes visitas al lugar y decidió averiguar que pasaba. Pronto descubrió lo del tesoro escondido, y cavando, tomó la pieza de oro, robándosela.
El avaro, a su siguiente visita encontró el hueco vacío y jalándose sus cabellos se lamentaba amargamente.
Entonces otro vecino, enterándose del motivo de su queja, lo consoló diciéndole:
- Da gracias de que el asunto no es tan grave. Ve y trae una piedra y colócala en el hueco. Imagínate entonces que el oro aún está allí. Para ti será lo mismo que aquello sea o no sea oro, ya que de por sí no harías nunca ningún uso de él.
Valora las cosas por lo que sirven, no por lo que aparentan.

jueves, 30 de diciembre de 2010

La paloma sedienta

Una paloma, incómoda por la molesta sed, vio una charca de agua pintada sobre un rótulo.
Pero sin darse cuenta de que sólo era un dibujo, voló hacia ella a toda velocidad e inevitablemente chocó contra el rótulo, hiriéndose lastimosamente.
Habiéndose quebrado las alas por el golpe, cayó a tierra donde fue capturada por uno de los transeúntes.
No dejes que el fervor o entusiasmo nuble tu discreción.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

El perro en el pajar

Un perro metido en un pajar gruñía y ladraba impidiendo a los bueyes comerse la paja que había sido colocada para ellos. - ¡Que egoísta perro!- Dijo un buey a sus compañeros -
-Él no come de esa paja, y todavía pretende que los que sí comemos, no lo hagamos.
Respeta siempre los derechos ajenos, para que así puedas exigir el respeto a los tuyos.

martes, 28 de diciembre de 2010

El labrador y las grullas

Algunas grullas escarbaban sobre terrenos recién sembrados con trigo. Durante algún tiempo el labrador blandía una honda vacía, ahuyentándolas por el pánico que les producía. Pero cuando las aves se dieron cuenta del truco, ya no se alejaban de su comida. El labrador, viendo esto, cargó su honda con piedras y mató muchas de las grullas.
Las sobrevivientes inmediatamente abandonaron el lugar, lamentándose unas a otras:
-Mejor nos vamos a Liliput, pues este hombre ya no contento con asustarnos, ha empezado a mostrarnos lo que realmente puede hacer.
Cuando las palabras no dan a entender, la acción sí lo hará.

lunes, 27 de diciembre de 2010

La tortuga y el águila

Una tortuga que se recreaba al sol, se quejaba a las aves marinas de su triste destino, y de que nadie le había querido enseñar a volar. Un águila que paseaba a la deriva por ahí, oyó su lamento y le preguntó con qué le pagaba si ella la alzaba y la llevaba por los aires.
- Te daré - dijo - todas las riquezas del Mar Rojo.
- Entonces te enseñaré al volar - replicó el águila.
Y tomándola por los pies la llevó casi hasta las nubes, y soltándola de pronto, la dejó ir, cayendo la pobre tortuga en una soberbia montaña, haciéndose añicos su coraza. Al verse moribunda, la tortuga exclamó:
- Renegué de mi suerte natural. ¿Qué tengo yo que ver con vientos y nubes, cuando con dificultad apenas me muevo sobre la tierra?
Si fácilmente adquiriéramos todo lo que deseamos, fácilmente llegaríamos a la desgracia.

domingo, 26 de diciembre de 2010

El asno y la zorra encuentran al león

El asno y la zorra, habiéndose unido para su mutua protección, salieron un día de caza.
No anduvieron mucho cuando encontraron un león.
La zorra, segura del inmediato peligro, se acercó al león y le prometió ayudar a capturar al asno si le daba su palabra de no dañarla a ella.
Entonces, afirmándole al asno que no sería maltratado, lo llevó a un profundo foso diciéndole que se guareciera allí.
El león, viendo que ya el asno estaba asegurado, inmediatamente agarró a la zorra, y luego atacó al asno a su antojo.
Nunca traiciones a tu amigo por temor al enemigo, pues al final, tú también saldrás traicionado.

El plumaje de la golondrina y el cuervo

La golondrina y el cuervo discutían acerca de su plumaje. El cuervo terminó la discusión alegando:
- Tus plumas serán muy bonitas en el verano, pero las mías me cobijan contra el invierno.
Lo que sólo sirve para presumir, no es valioso en realidad.

viernes, 24 de diciembre de 2010

El joven y el escorpión

Un joven andaba cazando saltamontes. Ya había capturado un buen número cuando trató de tomar a un escorpión equivocadamente.
Y el escorpión, mostrándole su ponzoña le dijo:
- Si me hubieras tocado, me hubieras perdido, pero tú también a todos tus saltamontes.
Cuando hayas hecho un capital con tu trabajo, cuida de no perderlo por tratar de tomar lo que no debes.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

El labrador y la cigüeña

Un Labrador colocó trampas en su terreno recién sembrado y capturó un número de grullas que venían a comerse las semillas. Pero entre ellas se encontraba una cigüeña, la cual se había fracturado una pata en la trampa y que insistentemente le rogaba al labrador le conservara la vida: - Te ruego me liberes, amo -- decía, - sólo por esta vez. Mi quebradura exaltará tu piedad, y además, yo no soy grulla, soy una cigüeña, un ave de excelente carácter, y soy muy buena hija. Mira también mis plumas, que no son son como las de esas grullas.
El labrador riéndose dijo:
- Será todo como lo dices, pero yo sólo sé esto:
Te capturé junto con estas ladronas, las grullas, y por lo tanto te corresponde morir junto con ellas.
Quien se asocia con el malvado, con él perece.

martes, 21 de diciembre de 2010

La granada, el manzano y el espino

La granada y el manzano disputaban sobre quien de ellos era el máximo. Cuando la discusión estaba en lo más ardiente, un espino, desde su vecindad alzó su voz diciendo severamente:
- Por favor, mis amigos, en mi presencia, al menos déjense de esas vanas discusiones.
Quien tiene el poder de castigar, termina siendo el máximo.

lunes, 20 de diciembre de 2010

El niño ciego y su madre

Un niño ciego de nacimiento, dijo una vez a su madre: - ¡Yo estoy seguro de que puedo ver!
Y con el deseo de probarle a él su error, su madre puso delante de él unos granos de aromoso incienso y le preguntó:
- ¿Qué es eso?
El niño contestó:
- Una piedra.
A lo que su madre exclamó:
- Oh mi hijo, temo que no sólo estás ciego, sino que tampoco tienes olfato.
No nos engañemos creyendo que nuestras ilusiones son realidades, pues podríamos luego encontrar que nuestra situación era peor de lo supuesto.

domingo, 19 de diciembre de 2010

El viajero y su perro

Un viajero listo para salir de gira, vio a su perro en el portal de su casa estirándose y bostezando. Le preguntó con energía: -¿ Por qué estás ahí vagabundeando?, todo está listo menos tú, así que ven conmigo al instante.
El perro, meneando su cola replicó:
- Oh patrón, yo ya estoy listo, más bien es a tí a quien yo estoy esperando.
El perezoso siempre culpa de los retardos a sus seres más cercanos.

sábado, 18 de diciembre de 2010

La liebre y la tortuga

Cierto día una liebre se burlaba de las cortas patas y lentitud al caminar de una tortuga. Pero ésta, riéndose, le replicó:
-Puede que seas veloz como el viento, pero yo te ganaría en una competencia.
Y la liebre, totalmente segura de que aquello era imposible, aceptó el reto, y propusieron a la zorra que señalara el camino y la meta.
LLegado el día de la carrera, arrancaron ambas al mismo tiempo. La tortuga nunca dejó de caminar y a su lento paso pero constante, avanzaba tranquila hacia la meta. En cambio, la liebre, que a ratos se echaba a descansar en el camino, se quedó dormida. Cuando despertó, y moviéndose lo más veloz que pudo, vió como la tortuga había llegado de primera al final y obtenido la victoria.
Con seguridad, constancia y paciencia, aunque a veces parezcamos lentos, obtendremos siempre el éxito.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Prometer lo imposible

Un hombre pobre se hallaba gravemente enfermo. Viendo que no podrían los médicos salvarle, se dirigió a los dioses, prometiendo ofrendarles una hecatombe y consagrarles múltiples exvotos si lograba restablecerse. Le oyó su mujer, que lo acompañaba a su lado, y le preguntó:
-¿Y de dónde sacarás tanto dinero para cubrir todo eso?
-¿Y crees tú que los dioses me lo van a reclamar si me restableciera?-repuso el enfermo.
Nunca hagas promesas que de antemano ya sabes que será imposible cumplirlas.

Los pescadores y el atún

Salieron a pescar al mar unos pescadores y luego de largo rato sin coger nada, se sentaron en su barca, entregándose a la desesperación. De pronto, un atún perseguido y que huía ruidosamente, saltó y cayó por error a su barca; lo tomaron entonces los pescadores y lo vendieron en la plaza de la ciudad.
Existen extraños momentos en que por circunstancias del azar, obtenemos lo que no se pudo con el arte.

domingo, 12 de diciembre de 2010

El náufrago

Navegaba un rico ateniense en una nave junto con otros pasajeros. De pronto, a causa de una súbita y violenta tempestad, empezó rápidamente a hacer agua el navío. Y mientras los demás pasajeros, con su esfuerzo, trataban de salvarse a nado, el rico ateniense, invocando a cada instante a la diosa Atenea, le prometía efusivamente toda clase de ofrendas si por su medio lograba salvarse.
Uno de los náufragos que lo oía a su lado le dijo:
-Pide a Atenea, pero también a tus brazos.
Cuando pidas ayuda en tus problemas, primero demuestra que ya estás trabajando para solucionarlos.

sábado, 11 de diciembre de 2010

La mujer intratable

Tenía un hombre una esposa siempre malhumorada con todas las gentes de su casa. Queriendo saber si sería de igual humor con los criados de su padre, la envió a casa de éste con un pretexto cualquiera. De regreso después de unos días, le preguntó el marido cómo la habían tratado los criados en casa de su padre, y ella respondió:
-Los pastores y los boyeros sólo me miraban de reojo.
-Pues si tan mal te miraban, los que salen con los rebaños al despuntar el día y no vuelven hasta el empezar la noche, ¿cómo te mirarían todos aquellos con quienes pasabas el día entero?
Pequeños signos nos señalan grandes cosas, y débiles luces nos muestran secretos ocultos.

viernes, 10 de diciembre de 2010

El mercader de estatuas

Un hombre hizo una estatuilla de un Hermes en madera y la llevó a la plaza para su venta. Como nadie llegaba a comprarla, se le ocurrió llamar la atención anunciando que vendía un dios que obsequiaba bondades y beneficios. Entonces uno de los curiosos le dijo:
- Oye, si tan bueno es, ¿por qué la vendes y no te aprovechas de su ayuda?
- Porque yo, contestó aquél- necesito la ayuda inmediatamente, y él nunca se apura en conceder sus beneficios.
Nunca dejes que el momentáneo interés material predomine sobre el espíritu.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Zeus, los animales y los hombres

Dicen que Zeus modeló a los animales primero y que les concedió la fuerza a uno, a otro la rapidez, al de más allá las alas; pero al hombre lo dejó desnudo y éste dijo: - Sólo a mí me has dejado sin ningún favor!
-No te das cuenta del presente que te he hecho - repuso Zeus-, y es el más importante, pues has recibido la razón, poderosa entre los dioses y los hombres, más poderosa que los animales más poderosos, más veloz que las aves más veloces.
Entonces el hombre, reconociendo el presente recibido de Zeus se alejó adorando y dando gracias al dios.
Que las grandezas que observamos en las creaturas de la naturaleza, no nos hagan olvidar que fuimos obsequiados con la mayor de todas ellas.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

El hombre y la hormiga

Se fue a pique un día un navío con todo y sus pasajeros, y un hombre, testigo del naufragio, decía que no eran correctas las decisiones de los dioses, puesto que, por castigar a un solo impío, habían condenado también a muchos otros inocentes. Mientras seguía su discurso, sentado en un sitio plagado de hormigas, una de ellas lo mordió, y entonces, para vengarse, las aplastó a todas.
Se le apareció al momento Hermes, y golpeándole con su caduceo, le dijo:
-Aceptarás ahora que nosotros juzgamos a los hombres del mismo modo que tú juzgas a las hormigas.
Antes de juzgar el actuar ajeno, juzga primero el tuyo.

Hércules y el boyero

Conducía un boyero una carreta hacia una aldea, y la carreta se despeñó a un barranco profundo.
El boyero, en lugar de ayudar a los bueyes a salir de aquel trance, se quedó allí cruzado de brazos, invocando entre todos los dioses a Hércules, que era el de su mayor devoción. Llegó entonces Hércules y le dijo:
-á Toma una rueda, hostiga a los bueyes y no invoques a los dioses si no hay esfuerzo de tu parte!
- Si no lo haces así, nos invocarás en vano.
La oración debe acompañarse siempre previamente de la acción.

lunes, 6 de diciembre de 2010

El fanfarrón

Un atleta, que era muy conocido de sus conciudadanos por su debilidad, partió un día para tierras lejanas.
Volvió después de algún tiempo, anunciando que había llevado a cabo grandes proezas en distintos países; contaba con especial esmero haber hecho en Rodas un salto que nunca antes ninguno de los atletas coronados en los juegos olímpicos había sido capaz de realizar, agregando además que presentaría los testigos de su hazaña si algunos de los que allí se hallaban presentes venían alguna vez a su tierra.
Uno de los oyentes tomó la palabra y dijo:
-Oye, amigo: si eso es cierto, no necesitamos testigos; esto es Rodas, da el salto y muéstralo.
Si no puedes probar con los hechos lo que dices, no estás diciendo nada.

domingo, 5 de diciembre de 2010

El pícaro

Un pícaro se comprometió a demostrar que el oráculo de Delfos mentía. Llegó el día señalado y el pícaro tomó un pajarito y, escondiéndolo bajo de su manto, se dirigió al templo.
Encarándose ante el oráculo preguntó si lo que tenía en la mano era un ser vivo o era inanimado.
Si el dios decía «inanimado», el hombre mostraría al pajarito vivo; si decía «vivo», lo enseñaría muerto, después de haberlo ahorcado.
Pero el dios, viendo de lo que se trataba con esa malvada intención, respondió:
Deja tu engaño, pícaro, pues bien sabes que de tí depende que lo que tienes en la mano se muestre muerto o vivo.
El poder divino no es para llevarle al engaño.

sábado, 4 de diciembre de 2010

El negro

Cierto hombre llevó a trabajar a su propiedad a un negro, pensando que su color provenía a causa de un descuido de su anterior propietario. Una vez en su casa, probó todas las jabonadas posibles, intentó toda clase de trucos para blanquearlo, pero de ninguna manera pudo cambiar su color y terminó poniendo enfermo al negro a fuerza de tantos intentos.
Lo que la naturaleza diseña, se mantiene firme.

viernes, 3 de diciembre de 2010

El embustero

Un hombre enfermo y de escasos recursos prometió a los dioses sacrificarles cien bueyes si le salvaban de la muerte. Queriendo probar al enfermo, los dioses le ayudaron a recobrar rápidamente la salud, y el hombre se levantó del lecho. Mas como no poseía los cien bueyes comprometidos, los modeló con sebo y los llevó a sacrificar a un altar, diciendo: -á Aquí tienen, oh dioses, mi ofrenda!
Los dioses decidieron también burlarse entonces a su vez del embustero, y le enviaron un sueño que le instaba a dirigirse a la orilla del mar, donde inmediatamente encontraría mil monedas de plata.
No pudiendo contener su alegría, el hombre corrió a la playa, pero allí cayó en manos de unos piratas que luego lo vendieron. Y fue así como encontró las mil monedas de plata.
Quien trata de engañar, termina engañado.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

El homicida

Un hombre que había cometido un homicidio era perseguido por los familiares de la víctima. Pero llegando a orillas de un río, tropezó con un lobo y, huyéndole, se subió a un árbol de la orilla; y cuando estaba allí subido miró una serpiente que trepaba hacia él, por lo que optó por echarse río, donde terminó en la boca de un cocodrilo.
La naturaleza es enemiga de los malvados.