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viernes, 31 de diciembre de 2010

El avaro y el oro

Un avaro vendió todo lo que tenía de más y compró una pieza de oro, la cual enterró en la tierra a la orilla de una vieja pared y todos los días iba a mirar el sitio. Uno de sus vecinos observó sus frecuentes visitas al lugar y decidió averiguar que pasaba. Pronto descubrió lo del tesoro escondido, y cavando, tomó la pieza de oro, robándosela.
El avaro, a su siguiente visita encontró el hueco vacío y jalándose sus cabellos se lamentaba amargamente.
Entonces otro vecino, enterándose del motivo de su queja, lo consoló diciéndole:
- Da gracias de que el asunto no es tan grave. Ve y trae una piedra y colócala en el hueco. Imagínate entonces que el oro aún está allí. Para ti será lo mismo que aquello sea o no sea oro, ya que de por sí no harías nunca ningún uso de él.
Valora las cosas por lo que sirven, no por lo que aparentan.

jueves, 30 de diciembre de 2010

La paloma sedienta

Una paloma, incómoda por la molesta sed, vio una charca de agua pintada sobre un rótulo.
Pero sin darse cuenta de que sólo era un dibujo, voló hacia ella a toda velocidad e inevitablemente chocó contra el rótulo, hiriéndose lastimosamente.
Habiéndose quebrado las alas por el golpe, cayó a tierra donde fue capturada por uno de los transeúntes.
No dejes que el fervor o entusiasmo nuble tu discreción.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

El perro en el pajar

Un perro metido en un pajar gruñía y ladraba impidiendo a los bueyes comerse la paja que había sido colocada para ellos. - ¡Que egoísta perro!- Dijo un buey a sus compañeros -
-Él no come de esa paja, y todavía pretende que los que sí comemos, no lo hagamos.
Respeta siempre los derechos ajenos, para que así puedas exigir el respeto a los tuyos.

martes, 28 de diciembre de 2010

El labrador y las grullas

Algunas grullas escarbaban sobre terrenos recién sembrados con trigo. Durante algún tiempo el labrador blandía una honda vacía, ahuyentándolas por el pánico que les producía. Pero cuando las aves se dieron cuenta del truco, ya no se alejaban de su comida. El labrador, viendo esto, cargó su honda con piedras y mató muchas de las grullas.
Las sobrevivientes inmediatamente abandonaron el lugar, lamentándose unas a otras:
-Mejor nos vamos a Liliput, pues este hombre ya no contento con asustarnos, ha empezado a mostrarnos lo que realmente puede hacer.
Cuando las palabras no dan a entender, la acción sí lo hará.

lunes, 27 de diciembre de 2010

La tortuga y el águila

Una tortuga que se recreaba al sol, se quejaba a las aves marinas de su triste destino, y de que nadie le había querido enseñar a volar. Un águila que paseaba a la deriva por ahí, oyó su lamento y le preguntó con qué le pagaba si ella la alzaba y la llevaba por los aires.
- Te daré - dijo - todas las riquezas del Mar Rojo.
- Entonces te enseñaré al volar - replicó el águila.
Y tomándola por los pies la llevó casi hasta las nubes, y soltándola de pronto, la dejó ir, cayendo la pobre tortuga en una soberbia montaña, haciéndose añicos su coraza. Al verse moribunda, la tortuga exclamó:
- Renegué de mi suerte natural. ¿Qué tengo yo que ver con vientos y nubes, cuando con dificultad apenas me muevo sobre la tierra?
Si fácilmente adquiriéramos todo lo que deseamos, fácilmente llegaríamos a la desgracia.

domingo, 26 de diciembre de 2010

El asno y la zorra encuentran al león

El asno y la zorra, habiéndose unido para su mutua protección, salieron un día de caza.
No anduvieron mucho cuando encontraron un león.
La zorra, segura del inmediato peligro, se acercó al león y le prometió ayudar a capturar al asno si le daba su palabra de no dañarla a ella.
Entonces, afirmándole al asno que no sería maltratado, lo llevó a un profundo foso diciéndole que se guareciera allí.
El león, viendo que ya el asno estaba asegurado, inmediatamente agarró a la zorra, y luego atacó al asno a su antojo.
Nunca traiciones a tu amigo por temor al enemigo, pues al final, tú también saldrás traicionado.

El plumaje de la golondrina y el cuervo

La golondrina y el cuervo discutían acerca de su plumaje. El cuervo terminó la discusión alegando:
- Tus plumas serán muy bonitas en el verano, pero las mías me cobijan contra el invierno.
Lo que sólo sirve para presumir, no es valioso en realidad.

viernes, 24 de diciembre de 2010

El joven y el escorpión

Un joven andaba cazando saltamontes. Ya había capturado un buen número cuando trató de tomar a un escorpión equivocadamente.
Y el escorpión, mostrándole su ponzoña le dijo:
- Si me hubieras tocado, me hubieras perdido, pero tú también a todos tus saltamontes.
Cuando hayas hecho un capital con tu trabajo, cuida de no perderlo por tratar de tomar lo que no debes.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

El labrador y la cigüeña

Un Labrador colocó trampas en su terreno recién sembrado y capturó un número de grullas que venían a comerse las semillas. Pero entre ellas se encontraba una cigüeña, la cual se había fracturado una pata en la trampa y que insistentemente le rogaba al labrador le conservara la vida: - Te ruego me liberes, amo -- decía, - sólo por esta vez. Mi quebradura exaltará tu piedad, y además, yo no soy grulla, soy una cigüeña, un ave de excelente carácter, y soy muy buena hija. Mira también mis plumas, que no son son como las de esas grullas.
El labrador riéndose dijo:
- Será todo como lo dices, pero yo sólo sé esto:
Te capturé junto con estas ladronas, las grullas, y por lo tanto te corresponde morir junto con ellas.
Quien se asocia con el malvado, con él perece.

martes, 21 de diciembre de 2010

La granada, el manzano y el espino

La granada y el manzano disputaban sobre quien de ellos era el máximo. Cuando la discusión estaba en lo más ardiente, un espino, desde su vecindad alzó su voz diciendo severamente:
- Por favor, mis amigos, en mi presencia, al menos déjense de esas vanas discusiones.
Quien tiene el poder de castigar, termina siendo el máximo.

lunes, 20 de diciembre de 2010

El niño ciego y su madre

Un niño ciego de nacimiento, dijo una vez a su madre: - ¡Yo estoy seguro de que puedo ver!
Y con el deseo de probarle a él su error, su madre puso delante de él unos granos de aromoso incienso y le preguntó:
- ¿Qué es eso?
El niño contestó:
- Una piedra.
A lo que su madre exclamó:
- Oh mi hijo, temo que no sólo estás ciego, sino que tampoco tienes olfato.
No nos engañemos creyendo que nuestras ilusiones son realidades, pues podríamos luego encontrar que nuestra situación era peor de lo supuesto.

domingo, 19 de diciembre de 2010

El viajero y su perro

Un viajero listo para salir de gira, vio a su perro en el portal de su casa estirándose y bostezando. Le preguntó con energía: -¿ Por qué estás ahí vagabundeando?, todo está listo menos tú, así que ven conmigo al instante.
El perro, meneando su cola replicó:
- Oh patrón, yo ya estoy listo, más bien es a tí a quien yo estoy esperando.
El perezoso siempre culpa de los retardos a sus seres más cercanos.

sábado, 18 de diciembre de 2010

La liebre y la tortuga

Cierto día una liebre se burlaba de las cortas patas y lentitud al caminar de una tortuga. Pero ésta, riéndose, le replicó:
-Puede que seas veloz como el viento, pero yo te ganaría en una competencia.
Y la liebre, totalmente segura de que aquello era imposible, aceptó el reto, y propusieron a la zorra que señalara el camino y la meta.
LLegado el día de la carrera, arrancaron ambas al mismo tiempo. La tortuga nunca dejó de caminar y a su lento paso pero constante, avanzaba tranquila hacia la meta. En cambio, la liebre, que a ratos se echaba a descansar en el camino, se quedó dormida. Cuando despertó, y moviéndose lo más veloz que pudo, vió como la tortuga había llegado de primera al final y obtenido la victoria.
Con seguridad, constancia y paciencia, aunque a veces parezcamos lentos, obtendremos siempre el éxito.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Prometer lo imposible

Un hombre pobre se hallaba gravemente enfermo. Viendo que no podrían los médicos salvarle, se dirigió a los dioses, prometiendo ofrendarles una hecatombe y consagrarles múltiples exvotos si lograba restablecerse. Le oyó su mujer, que lo acompañaba a su lado, y le preguntó:
-¿Y de dónde sacarás tanto dinero para cubrir todo eso?
-¿Y crees tú que los dioses me lo van a reclamar si me restableciera?-repuso el enfermo.
Nunca hagas promesas que de antemano ya sabes que será imposible cumplirlas.

Los pescadores y el atún

Salieron a pescar al mar unos pescadores y luego de largo rato sin coger nada, se sentaron en su barca, entregándose a la desesperación. De pronto, un atún perseguido y que huía ruidosamente, saltó y cayó por error a su barca; lo tomaron entonces los pescadores y lo vendieron en la plaza de la ciudad.
Existen extraños momentos en que por circunstancias del azar, obtenemos lo que no se pudo con el arte.

domingo, 12 de diciembre de 2010

El náufrago

Navegaba un rico ateniense en una nave junto con otros pasajeros. De pronto, a causa de una súbita y violenta tempestad, empezó rápidamente a hacer agua el navío. Y mientras los demás pasajeros, con su esfuerzo, trataban de salvarse a nado, el rico ateniense, invocando a cada instante a la diosa Atenea, le prometía efusivamente toda clase de ofrendas si por su medio lograba salvarse.
Uno de los náufragos que lo oía a su lado le dijo:
-Pide a Atenea, pero también a tus brazos.
Cuando pidas ayuda en tus problemas, primero demuestra que ya estás trabajando para solucionarlos.

sábado, 11 de diciembre de 2010

La mujer intratable

Tenía un hombre una esposa siempre malhumorada con todas las gentes de su casa. Queriendo saber si sería de igual humor con los criados de su padre, la envió a casa de éste con un pretexto cualquiera. De regreso después de unos días, le preguntó el marido cómo la habían tratado los criados en casa de su padre, y ella respondió:
-Los pastores y los boyeros sólo me miraban de reojo.
-Pues si tan mal te miraban, los que salen con los rebaños al despuntar el día y no vuelven hasta el empezar la noche, ¿cómo te mirarían todos aquellos con quienes pasabas el día entero?
Pequeños signos nos señalan grandes cosas, y débiles luces nos muestran secretos ocultos.

viernes, 10 de diciembre de 2010

El mercader de estatuas

Un hombre hizo una estatuilla de un Hermes en madera y la llevó a la plaza para su venta. Como nadie llegaba a comprarla, se le ocurrió llamar la atención anunciando que vendía un dios que obsequiaba bondades y beneficios. Entonces uno de los curiosos le dijo:
- Oye, si tan bueno es, ¿por qué la vendes y no te aprovechas de su ayuda?
- Porque yo, contestó aquél- necesito la ayuda inmediatamente, y él nunca se apura en conceder sus beneficios.
Nunca dejes que el momentáneo interés material predomine sobre el espíritu.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Zeus, los animales y los hombres

Dicen que Zeus modeló a los animales primero y que les concedió la fuerza a uno, a otro la rapidez, al de más allá las alas; pero al hombre lo dejó desnudo y éste dijo: - Sólo a mí me has dejado sin ningún favor!
-No te das cuenta del presente que te he hecho - repuso Zeus-, y es el más importante, pues has recibido la razón, poderosa entre los dioses y los hombres, más poderosa que los animales más poderosos, más veloz que las aves más veloces.
Entonces el hombre, reconociendo el presente recibido de Zeus se alejó adorando y dando gracias al dios.
Que las grandezas que observamos en las creaturas de la naturaleza, no nos hagan olvidar que fuimos obsequiados con la mayor de todas ellas.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

El hombre y la hormiga

Se fue a pique un día un navío con todo y sus pasajeros, y un hombre, testigo del naufragio, decía que no eran correctas las decisiones de los dioses, puesto que, por castigar a un solo impío, habían condenado también a muchos otros inocentes. Mientras seguía su discurso, sentado en un sitio plagado de hormigas, una de ellas lo mordió, y entonces, para vengarse, las aplastó a todas.
Se le apareció al momento Hermes, y golpeándole con su caduceo, le dijo:
-Aceptarás ahora que nosotros juzgamos a los hombres del mismo modo que tú juzgas a las hormigas.
Antes de juzgar el actuar ajeno, juzga primero el tuyo.

Hércules y el boyero

Conducía un boyero una carreta hacia una aldea, y la carreta se despeñó a un barranco profundo.
El boyero, en lugar de ayudar a los bueyes a salir de aquel trance, se quedó allí cruzado de brazos, invocando entre todos los dioses a Hércules, que era el de su mayor devoción. Llegó entonces Hércules y le dijo:
-á Toma una rueda, hostiga a los bueyes y no invoques a los dioses si no hay esfuerzo de tu parte!
- Si no lo haces así, nos invocarás en vano.
La oración debe acompañarse siempre previamente de la acción.

lunes, 6 de diciembre de 2010

El fanfarrón

Un atleta, que era muy conocido de sus conciudadanos por su debilidad, partió un día para tierras lejanas.
Volvió después de algún tiempo, anunciando que había llevado a cabo grandes proezas en distintos países; contaba con especial esmero haber hecho en Rodas un salto que nunca antes ninguno de los atletas coronados en los juegos olímpicos había sido capaz de realizar, agregando además que presentaría los testigos de su hazaña si algunos de los que allí se hallaban presentes venían alguna vez a su tierra.
Uno de los oyentes tomó la palabra y dijo:
-Oye, amigo: si eso es cierto, no necesitamos testigos; esto es Rodas, da el salto y muéstralo.
Si no puedes probar con los hechos lo que dices, no estás diciendo nada.

domingo, 5 de diciembre de 2010

El pícaro

Un pícaro se comprometió a demostrar que el oráculo de Delfos mentía. Llegó el día señalado y el pícaro tomó un pajarito y, escondiéndolo bajo de su manto, se dirigió al templo.
Encarándose ante el oráculo preguntó si lo que tenía en la mano era un ser vivo o era inanimado.
Si el dios decía «inanimado», el hombre mostraría al pajarito vivo; si decía «vivo», lo enseñaría muerto, después de haberlo ahorcado.
Pero el dios, viendo de lo que se trataba con esa malvada intención, respondió:
Deja tu engaño, pícaro, pues bien sabes que de tí depende que lo que tienes en la mano se muestre muerto o vivo.
El poder divino no es para llevarle al engaño.

sábado, 4 de diciembre de 2010

El negro

Cierto hombre llevó a trabajar a su propiedad a un negro, pensando que su color provenía a causa de un descuido de su anterior propietario. Una vez en su casa, probó todas las jabonadas posibles, intentó toda clase de trucos para blanquearlo, pero de ninguna manera pudo cambiar su color y terminó poniendo enfermo al negro a fuerza de tantos intentos.
Lo que la naturaleza diseña, se mantiene firme.

viernes, 3 de diciembre de 2010

El embustero

Un hombre enfermo y de escasos recursos prometió a los dioses sacrificarles cien bueyes si le salvaban de la muerte. Queriendo probar al enfermo, los dioses le ayudaron a recobrar rápidamente la salud, y el hombre se levantó del lecho. Mas como no poseía los cien bueyes comprometidos, los modeló con sebo y los llevó a sacrificar a un altar, diciendo: -á Aquí tienen, oh dioses, mi ofrenda!
Los dioses decidieron también burlarse entonces a su vez del embustero, y le enviaron un sueño que le instaba a dirigirse a la orilla del mar, donde inmediatamente encontraría mil monedas de plata.
No pudiendo contener su alegría, el hombre corrió a la playa, pero allí cayó en manos de unos piratas que luego lo vendieron. Y fue así como encontró las mil monedas de plata.
Quien trata de engañar, termina engañado.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

El homicida

Un hombre que había cometido un homicidio era perseguido por los familiares de la víctima. Pero llegando a orillas de un río, tropezó con un lobo y, huyéndole, se subió a un árbol de la orilla; y cuando estaba allí subido miró una serpiente que trepaba hacia él, por lo que optó por echarse río, donde terminó en la boca de un cocodrilo.
La naturaleza es enemiga de los malvados.

martes, 30 de noviembre de 2010

El ciego

Érase una vez un ciego muy hábil para reconocer al tacto cualquier animal al alcance de su mano, diciendo de qué especie era. Le presentaron un día un lobezno, lo palpó y quedó indeciso.
-No acierto - dijo, si es hijo de una loba, de una zorra o de otro animal de su misma cualidad; pero lo que sí sé es que no ha nacido para vivir en un rebaño de corderos.
La naturaleza de la maldad se puede notar en una sola de sus características.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Dos hombres disputando acerca de los dioses

Se encontraban disputando dos hombres sobre cuál de los dioses, Hércules o Teseo era el más grande. Pero los dioses, irritados contra ellos, se vengaron cada uno en el país del otro.
Cuando los inferiores disputan sobre sus superiores, no tardarán éstos en reaccionar contra ellos.

El deudor ateniense

Un ateniense endeudado, apremiado por su acreedor para que le pagara su deuda, le pidió a éste que le concediera un corto plazo con el pretexto de que se hallaba en apuro; mas no logrando convencerle, trajo la única marrana que poseía, disponiéndose a venderla en presencia de su acreedor. Llegó un comprador preguntando si la marrana era fecunda.
-Tan fecunda es - respondió el deudor- que hasta es extraordinaria: en los Misterios pare hembras y en las Anateneas pare machos.
Asombrado el comprador por lo que oyó, el deudor le exclamó:
-á No te asombres tanto aún, porque esta marrana, además, te dará cabritos en las Dionisíacas!
La desesperación es causa de grandes mentiras.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Las gallinas y la comadreja

Supo una comadreja de que en un corral había unas gallinas enfermas, y disfrazándose de médico, cogió los instrumentos del oficio y se acercó al gallinero. Ya en la puerta, preguntó a las gallinas que cómo les iba con su salud. -á Mucho mejor si tú te largas!- le respondieron.
Si somos precauciosos, podremos descubrir las falsas poses de los malvados.

viernes, 26 de noviembre de 2010

El guerrero y los cuervos

Partió un hombre para la guerra, pero en el camino, oyendo graznar a los cuervos, tiró sus armas al suelo y se detuvo. Las tomó al rato nuevamente y prosiguió su marcha; más otra vez graznaron los cuervos. De nuevo se detuvo y entonces les dijo:
-á Pueden gritar cuanto les venga en gana, pero no tendrán un banquete con mi carne!
Cuando no se tiene determinación en las acciones, éstas nunca se llegan a realizar.

jueves, 25 de noviembre de 2010

El batanero y el carbonero

Un carbonero que hacía su trabajo en cierta casa visitó a un batanero que trabajaba no muy lejos de él, invitándole a trabajar en un mismo local, pues de este modo, además de mayor amistad vivirían con menos gastos al usar solamente una casa. Pero le respondió el batanero:
-Eso para mí es imposible, pues todo lo que yo blanqueara, tu lo ennegrecerías de hollín al instante.
No debemos asociar actividades de naturalezas contradictorias.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

El canoso y sus dos pretendientes

Un hombre ya canoso tenía dos pretendientes, una joven y otra más vieja.
Apenada la de mayor edad de tratar con un hombre más joven que ella, cada vez que él la visitaba le quitaba los cabellos negros.
A su vez la más joven, no queriendo tener por amante a un hombre viejo, le arrancaba los cabellos canos.
Con esto sucedió que el hombre, pelado alternativamente por una y por la otra, se quedó completamente calvo.
Lo que mal se distribuye, mal se retribuye.

Los bienes y los males

Prevaliéndose de la debilidad de los Bienes, los Males los expulsaron de la Tierra, y los Bienes entonces subieron a los Cielos.
Una vez estando allí preguntaron a Zeus cuál debía ser su conducta con respecto a los hombres. Les respondió el dios que no se presentaran a los mortales todos en conjunto, sino uno tras otro.
Esta es la razón por la que los Males, que viven continuamente entre los hombres, los asedian sin descanso, mientras que los Bienes, como descienden de los cielos, sólo se les acercan de vez en cuando.
Tengamos siempre presente que estamos continuamente acechados por los males para su acción inmediata, mientras que para recibir los bienes, debemos tener paciencia.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Afrodita y la gata

Se había enamorado una gata de un hermoso joven, y rogó a Afrodita que la hiciera mujer. La diosa, compadecida de su deseo, la transformó en una bella doncella, y entonces el joven, prendado de ella, la invitó a su casa. Estando ambos descansando en la alcoba nupcial, quiso saber Afrodita si al cambiar de ser a la gata había mudado también de carácter, por lo que soltó un ratón en el centro de la alcoba. Olvidándose la gata de su condición presente, se levantó del lecho y persiguió al ratón para comérselo. Entonces la diosa, indignada, la volvió a su original estado.
El cambio de estado de una persona, no la hace cambiar de sus instintos.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Zeus, Prometeo, Atenas y Momo

Zeus hizo un toro, Prometeo un hombre, Atenea una casa, y llamaron a Momo como juez. Momo, celoso de sus obras, empezó a decir que Zeus había cometido un error al no colocar los ojos del toro en los cuemos, a fin de que pudiera ver dónde hería, y Prometeo otro al no suspender el corazón del hombre fuera de su pecho para que la maldad no estuviera escondida y todos pudieran ver lo que hay en el espíritu. En cuanto a Atenea, que debía haber colocado su casa sobre ruedas, con objeto de que si un malvado se instalaba en la vecindad, sus moradores pudieran trasladarse fácilmente.
Zeus, indignado por su envidia, arrojó a Momo del Olimpo.
Cualquier obra que se haga, por más perfecta que parezca, siempre alguien encontrará alguna razón para criticarla. Así que nunca nos desanimemos por lo que juzguen de nuestras obras; nunca faltará quien le encuentre defectos.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Zeus y los robles

Quejábanse los robles a Zeus en estos términos: -En vano vemos la luz, pues estamos expuestos, más que todos los demás árboles, a los golpes brutales del hacha.
-Vosotros mismos sois los autores de vuestra desgracia respondió Zeus-; si no dierais la madera para fabricar los mangos, las vigas y los arados, el hacha os respetaría.
Antes de culpar a otros de nuestros males, veamos antes si no los causamos nosotros mismos.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Zeus y los hombres

Zeus, después de modelar a los hombres, encargó a Hermes que les distribuyera la inteligencia. Hermes partió la inteligencia en partes iguales para todos y vertió a cada uno la suya.
Sucedió con esto que los hombres de poca estatura, llenos por su porción, fueron hombres sesudos, mientras que a los hombres de gran talla, debido a que la porción no llegaba a todas las partes de su cuerpo, les correspondió menos inteligencia que a los otros.
No es la apariencia de grandeza lo que confiere grandeza, es lo que está por dentro y no se aparenta, lo que nos hace ser lo que realmente somos.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Zeus y las abejas

Envidiosas las abejas a causa de la miel que les arrebataban los hombres, fueron en busca de Zeus y le suplicaron que les diera fuerza bastante para matar con las punzadas de su aguijón a los que se acercaran a sus panales. Zeus, indignado al verlas envidiosas, las condenó a perder su dardo cuantas veces hirieran a alguno y a morir ellas mismas después.
La envidia no es buena consejera, más bien nos puede llevar a perder lo que ya poseemos.

martes, 16 de noviembre de 2010

Zeus y la zorra

Admirado Zeus de la inteligencia y finura de la zorra, le confirió el reinado sobre los animales. Quiso, no obstante, saber si al cambiar de fortuna había mudado también de inclinaciones, y, hallándose el nuevo rey de paseo en su litera, dejó Zeus caer un escarabajo ante sus ojos.
Entonces la zorra, incapaz de contenerse, viendo al escarabajo revolotear alrededor de su litera, saltó fuera de ésta y, despreciando las conveniencias, intentó atrapar al escarabajo.
Indignado Zeus de su conducta, volvió a la zorra a su antiguo estado.
La naturaleza, o modo de ser de las personas, no se cambian al cambiar de título.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Zeus y la tortuga

Para celebrar sus bodas, Zeus invitó a todos los animales. Sólo faltó la tortuga.
Intrigado por su ausencia, le preguntó al día siguiente:
- ¿Cómo solamente tú entre todos los animales no viniste a mi festín?
-á Hogar familiar, hogar ideal!-respondió la tortuga.
Zeus, indignado contra ella, la condenó a llevar eternamente la casa a cuestas.
No nos encerremos en nuestro pequeño mundo. Ampliemos nuestro horizonte compartiendo sanamente con nuestro alrededor.

Zeus y la serpiente

Anunciadas las bodas de Zeus, todos los animales le honraron con presentes, cada uno según sus medios. La serpiente subió hasta Zeus arrastrándose, con una rosa en la boca. Más al verla dijo Zeus:
-De todos acepto sus presentes, pero no los quiero de tu boca.
No debemos confiarnos de las aparentes bondades de los malvados.

Zeus y el tonel de los bienes

Encerró Zeus todos los bienes en un tonel, dejándolo entre las manos de un hombre. Este hombre, que era un curioso, levantó la tapa del tonel porque quería saber lo que había dentro, y al hacerlo, todos los bienes volaron hacia los dioses, menos la Esperanza.
De ahí que la esperanza es la satisfacción de los humanos, que les promete el regreso de los bienes desaparecidos.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Zeus y el pudor

Cuando Zeus modeló al hombre, le dotó en el acto de todas las inclinaciones pero olvidó dotarle del pudor. No sabiendo por dónde introducirlo, le ordenó que entrara sin que se notara su llegada. El pudor se revolvió contra la orden de Zeus, mas al fin, ante sus ruegos apremiantes, dijo:
Está bien, entraré; pero a condición de que Eros no entre donde yo esté; si entra él, yo saldré enseguida.
Por eso los corrompidos, presas de Eros, no conocen el pudor.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Zeus y Apolo

Disputaban Zeus y Apolo sobre el tiro al arco. Tendió Apolo el suyo y disparó su flecha; pero Zeus extendió la pierna tan lejos como había Apolo lanzado su flecha, haciendo ver que no llegó más allá de donde se encontraba él.
Cuando competimos con rivales mucho más poderosos, no sólo no los pasaremos, sino que además se burlarán de nosotros.

martes, 9 de noviembre de 2010

Zeus juez

Decidió Zeus en pasados tiempos que Hermes grabase en conchas las faltas de los hombres, depositando estas conchas a su lado en un cofre para hacer justicia a cada uno. Pero las conchas se mezclan unas con otras, y unas que llegaron después que otras, pasan antes por manos de Zeus para sufrir sus justas sentencias.
Por eso no nos incomodemos cuando los malechores no reciben pronto su merecido castigo. Tarde o temprano les llegará su turno.

Hermes y Tiresias

Hermes quiso comprobar si el arte adivinatorio de Tiresias era verdadero; para lo cual le robó sus bueyes en el campo y luego, bajo la figura de un mortal, se fue a la ciudad y entró en la casa de Tiresias. Cuando supo la pérdida de su yunta, Tiresias se trasladó a las afueras con Hermes para observar un augurio en el vuelo de las aves, rogando a Hermes le dijera el pájaro que apareciese.
Hermes vio un águila que pasaba volando de izquierda a derecha y se lo dijo. Respondió Tiresias que ese pájaro no les importaba.
A la segunda vez, vio el dios una corneja encaramada en un árbol que ora alzaba los ojos al cielo, ora se inclinaba hacia la Tierra, y así se lo dijo. Entonces el adivino contestó:
-á Esa corneja jura por el cielo y por la tierra que depende de ti que vuelva a encontrar mis bueyes!
El ladrón gusta volver a visitar el lugar de su robo.

Hermes y la tierra

Modeló Zeus al hombre y a la mujer y encargó a Hermes que los bajara a la Tierra para enseñarles dónde tenían que cavar el suelo a fin de procurarse alimentos.
Cumplió Hermes el encargo; la Tierra, al principio, se resistió; pero Hermes insistió, diciendo que era una orden de Zeus.
-Esta bien dijo la Tierra-; que caven todo lo que quieran.¡Ya me lo pagarán con sus lágrimas y lamentos!
No hay frutos ni recompensa si no hay sacrificio y esfuerzo.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Hermes y el escultor

Quiso Hermes saber hasta dónde le estimaban los hombres, y, tomando la figura de un mortal, se presentó en el taller de un escultor. Viendo una estatua de Zeus, preguntó cuánto valía.
-Un dracma-le respondieron.
Sonrió y volvió a preguntar:
¿Y la estatua de Hera cuánto?
-Vale más-le dijeron.
Viendo luego una estatua que le representaba a él mismo, pensó que, siendo al propio tiempo el mensajero de Zeus y el dios de las ganancias, estaría muy considerado entre los hombres; por lo que preguntó su precio.
El escultor contestó:
-No te costará nada. Si compras las otras dos, te regalaré ésta.
Nuestra propia vanidad siempre nos lleva a pasar por terribles desilusiones.

jueves, 4 de noviembre de 2010

La carreta de Hermes y los malvados

Conducía Hermes un día por toda la tierra una carreta cargada de mentiras, engaños y malas artes, distribuyendo en cada país una pequeña candidad de su cargamento.
Más al llegar al país de los malvados, los astutos y los aprovechados, la carreta, según dicen, se atascó de pronto, y los habitantes del país, como si se tratara de una carga preciosa, saquearon el contenido de la carreta, sin dejar a Hermes seguir a los otros pueblos.
Por eso los malvados, los astutos y los aprovechados son los mayores mentirosos de la tierra.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Hermes y el leñador

Un leñador que a la orilla de un río cortaba leña, perdió su hacha. Sin saber que hacer, se sentó llorando a la orilla. Compadecido Hermes de su tristeza, se arrojó al río y volvió con un hacha de oro, preguntando si era esa la que había perdido. Le contestó el leñador que no, y volvió Hermes a sumergirse, regresando con una de plata. El leñador otra vez dijo que no era suya, por lo que Hermes se sumergió de nuevo, volviendo con el hacha perdida. Entonces el hombre le dijo que sí era esa la de él.
Hermes, seducido por su honradez, le dio las tres hachas.
Al volver con sus compañeros, contóles el leñador su aventura. Una de ellos se propuso conseguir otro tanto. Dirigióse a la orilla del río y lanzó su hacha en la corriente, sentándose luego a llorar.
Entonces Hermes se le apareció también y, sabiendo el motivo de su llanto, se arrojó al río y le presentó igualmente un hacha de oro, preguntándole si era la que había perdido. El bribón, muy contento exclamo:
-¡Sí, ésa es!
Pero el dios horronzado por su desvergúenza, no sólo se quedó con el hacha de oro, sino que tampoco le devolvió la suya.
La divinidad no sólo ayuda a quien es honrado, sino que castiga a los deshonestos.

martes, 2 de noviembre de 2010

Hércules y Plutón

Recibido Hércules entre los dioses y admitido a la mesa de Zeus, saludaba con mucha cortesía a cada uno de los dioses. Llegó Plutón de último, y Hércules, bajando la vista al suelo, se alejó de él.
Sorprendido Zeus por su actitud, le preguntó por qué apartaba los ojos de Plutón después de haber saludado tan amablemente a todos los otros dioses.
-Porque, -contestó Hércules- en los tiempos en que yo me encontraba entre los hombres, casi siempre le veía en compañía de los bribones; por eso aparto la mirada de él.
No hagas amistad con quien conoces que no ha actuado correctamente.

domingo, 31 de octubre de 2010

Hércules y Atenea

Avanzaba Hércules a lo largo de un estrecho camino.
Vio por tierra un objeto parecido a una manzana e intentó aplastarlo. El objeto duplicó su volumen. Al ver esto, Hércules lo pisó con más violencia todavía, golpeándole además con su maza. Pero el objeto siguió creciendo, cerrando con su gran volumen el camino. El héroe lanzó entonces su maza, y quedó plantado presa del mayor asombro.
En esto se le apareció Atenea y de dijo:
-Escucha, hermano; este objeto es el espíritu de la disputa y de la discordia; si se le deja tranquilo, permanece como estaba al principio; pero si se le toca,¡mira cómo crece!
La disputa y la discordia son causa de grandes males a la humanidad. Nunca las estimules.

sábado, 30 de octubre de 2010

El labrador y sus hijos

A punto de acabar su vida, quiso un labrador dejar experimentados a sus hijos en la agricultura. Así, les llamó y les dijo:
-Hijos míos: voy a dejar este mundo; buscad lo que he escondido en la viña, y lo hallaréis todo.
Creyendo sus descendientes que había enterrado un tesoro, después de la muerte de su padre, con gran afán removieron profundamente el suelo de la viña.
Tesoro no hallaron ninguno, pero la viña, tan bien removida quedó, que multiplicó su fruto.
El mejor tesoro siempre lo encontrarás en el trabajo adecuado.

viernes, 29 de octubre de 2010

El labrador y los perros

Aprisionó el mal tiempo a un labrador en su cuadra. No pudiendo salir para buscar comida, empezó por devorar a sus carneros; luego, como el mal tiempo seguía, comió tambien las cabras; y, en fin, como no paraba el temporal, acabó con sus propios bueyes. Viendo entonces los perros lo que pasaba dijéronse entre ellos:
-Larguémonos de aquí, pues, si el amo ha sacrificado los bueyes que trabajan con él, ¿cómo nos perdonaría a nosotros?
Cuídate muy en especial de aquellos que no temen en maltratar a sus mejores amigos.

jueves, 28 de octubre de 2010

El labrador y la víbora

Llegado el invierno, un labrador encontró una víbora helada de frío. Apiadado de ella, la recogió y la guardó en su pecho. Reanimada por el calor, la víbora, recobró sus sentidos y mató a su bienhechor, el cual, sintiéndose morir, exclamó:
--Bien me lo merezco por haberme compadecido de un ser malvado!
No te confíes del malvado, creyendo que haciéndole un favor vas a cambiarle su naturaleza.

El labrador y la serpiente

Una serpiente se acercó arrastrándose adonde estaba el hijo de un labrador, y lo mató. Sintió el labrador un dolor terrible y, cogiendo un hacha, se puso al acecho junto al nido de la serpiente, dispuesto a matarla tan pronto como saliera.
Asomó la serpiente la cabeza y el labrador abatió su hacha, pero falló el golpe, partiendo en dos a la vecina piedra.
Temiendo después la venganza de la serpiente, dispúsose a reconciliarse con ella; más ésta repuso:
-Ni yo puedo alimentar hacia tí buenos sentimientos viendo el hachazo de la piedra, ni tú hacia mí contemplando la tumba de tu hijo.
No es tarea fácil deshacer grandes odios.

martes, 26 de octubre de 2010

El labrador y la fortuna

Removiendo un labrador con su pala el suelo, encontró un paquete de oro. Todos los días, pues, ofrendaba a la Tierra un presente, creyendo que era a ésta a quien le debía tan gran favor. Pero se le apareció la Fortuna y le dijo:
- oye, amigo: ¿por qué agradeces a la Tierra los dones que yo te he dado para enriquecerte? Si los tiempos cambian y el oro pasa a otras manos, entonces echarás la culpa a la Fortuna.
Cuando recibamos un beneficio, veamos bien de donde proviene antes de juzgar indebidamente.

El labrador y el árbol

En el campo de un labriego había un árbol estéril que únicamente servía de refugio a los gorriones y a las cigarras ruidosas.
El labrador, viendo su esterilidad, se dispuso a abatirlo y descargó contra él su hacha.
Suplicáronle los gorriones y las cigarras que no abatiera su asilo, para que en él pudieran cantar y agradarle a él mismo. Más sin hacerles caso, le asestó un segundo golpe, luego un tercero. Rajado el árbol, vio un panal de abejas y probó y gustó su miel, con lo que arrojó el hacha, honrando y cuidando desde entonces el árbol con gran esmero, como si fuera sagrado.
Mucha gente hay que hace un bien sólo si de él recoge beneficio, no por amor y respeto a lo que es justo. Haz el bien por el bien mismo, no porque de él vayas a sacar provecho.

El labrador y el águila

Encontró un labrador un águila presa en su cepo, y, seducido por su belleza, la soltó y le dio la libertad. El águila, que no fue ingrata con su bienhechor, viéndole sentado al pie de un muro que amenazaba derrumbarse, voló hasta él y le arrebató con sus garras la cinta con que se ceñía su cabeza. Alzóse el hombre para perseguirla. El águila dejó caer la cinta; la tomó el labriego, y al volver sobre sus pasos halló desplomado el muro en el lugar donde antes estaba sentado, quedando muy sorprendido y agradecido de haber sido pagado así por el águila.
Siempre debemos ser agradecidos con nuestros bienhechores y agradecer un favor con otro.

viernes, 22 de octubre de 2010

Diógenes y el calvo

Diógenes, el filósofo cínico, insultado por un hombre que era calvo, replicó: -á Los dioses me libren de responderte con insultos! ¡Al contrario, alabo los cabellos que han abandonado ese cráneo pelado!
Si regalamos un insulto, no esperemos de regreso un regalo menor.

jueves, 21 de octubre de 2010

Diógenes de viaje

Yendo de viaje, Diógenes el cínico llegó a la orilla de un río torrencial y se detuvo perplejo. Un hombre acostumbrado a hacer pasar a la gente el río, viéndole indeciso, se acerco a Diógenes, lo subió sobre sus hombros y lo pasó complaciente a la otra orilla. Quedó allí Diógenes, reprochándose su pobreza que le impedía pagar a su bienhechor. Y estando pensando en ello advirtió que el hombre, viendo a otro viajero que tampoco podía pasar el río, fue a buscarlo y lo transportó igualmente. Entonces Diógenes se acercó al hombre y le dijo:
-No tengo que agradecerte ya tu servicio, pues veo que no lo haces por razonamiento, sino por manía.
Cuando servimos por igual a personas de buen agradecimiento, así como a personas desagradecidas, sin duda que nos calificarán, no como buena gente, sino como ingenuos o tontos. Pero no debemos desanimarnos por ello, tarde o temprano, el bien paga siempre con creces.

El jardinero y las hortalizas

Un hombre se detuvo cerca de un jardinero que trabajaba con sus legumbres, preguntándole por qué las legumbres silvestres crecían lozanas y vigorosas, y las cultivadas flojas y desnutridas. -Porque la tierra-repuso el jardinero-, para unos es dedicada madre y para otros descuidada madrastra.
Del interés que se ponga en un asunto, así se desarrollará y así será el fruto que se recoja.

martes, 19 de octubre de 2010

El jardinero y el perro

El perro de un jardinero había caído en un pozo.
El jardinero, por salvarle, descendió también. Creyendo el perro que bajaba para hundirlo más todavía, se volvió y le mordió.
El jardinero, sufriendo con la herida, volvió a salir del pozo, diciendo:
-Me está muy bien empleado; ¿quién me llamaba para salvar a un animal que quería suicidarse?
Cuandos te veas en peligro o necesidad, no maltrates la mano de quien viene en tu ayuda.

lunes, 18 de octubre de 2010

Los sacerdotes de Cibeles

Unos sacerdotes de Cibeles tenían un asno al que cargaban con sus bultos cuando se ponían en viaje. Un día por fatiga se murió el asno, y desollándolo, hicieron con su piel unos tambores, de los cuales se sirvieron. Habiéndoles encontrado otros sacerdotes de Cibeles, les preguntaron que dónde estaba su asno. -Muerto - les dijeron -; pero recibe más golpes ahora que los que recibió en su vida.
Mucha gente dice haberse retirado de su hábito, pero no se da cuenta de que su hábito no se retiró nunca de él.

domingo, 17 de octubre de 2010

Los viandantes y el oso

Marchaban dos amigos por el mismo camino. De repente se les apareció un oso. Uno se subió rápidamente a un árbol ocultándose en él; el otro, a punto de ser atrapado, se tiró al suelo, fingiéndose muerto. Acercó el oso su hocico, oliéndole por todas partes, pero el hombre contenía su respiración, por que se dice que el oso no toca a un cadáver. Cuando se hubo alejado el oso, el hombre escondido en el árbol bajó de éste y preguntó a su compañero qué le había dicho el oso al oído. -Que no viaje en el futuro con amigos que huyen ante el peligro- le respondió.
La verdadera amistad se comprueba en los momentos de peligro.

sábado, 16 de octubre de 2010

Los viandantes y el hacha

Caminaban dos hombres en compañía. Habiendo encontrado uno de ellos un hacha, el otro dijo:
-Hemos encontrado un hacha.
-No digas -repuso el primero- "hemos encontrado", sino: "has encontrado".
Instantes después fueron alcanzados por el hombre que había perdido el hacha; y el que la llevaba, al verse perdido, dijo a su compañero:
-Estamos perdidos.
-No digas -replicó éste- "estamos perdidos", sino: "estoy perdido", porque cuando encontraste el hacha no me has admitido como parte en tu hallazgo.
Si no estamos dispuestos a compartir nuestros éxitos, tampoco esperemos que nos soporten en la desgracia.

viernes, 15 de octubre de 2010

Los viandantes y el cuervo

Viajaban unas gentes para cierto asunto, cuando encontraron a un cuervo que había perdido un ojo. Volvieron hacia el cuervo sus miradas, y uno de los viandantes aconsejó el regreso, pues en su opinión hacerlo era lo que aconsejaba el presagio. Pero otro de los caminantes tomó la palabra y dijo: -¿Cómo podría este cuervo predecirnos el Futuro si él mismo no ha podido prever, para evitarlo, la pérdida de su ojo?
Quien no puede cuidar de sí mismo, menos indicado está para aconsejar al prójimo.

lunes, 11 de octubre de 2010

Bóreas y el Sol

Bóreas y el Sol disputaban sobre sus poderes, y decidieron conceder la palma al que despojara a un viajero de sus vestidos.
Bóreas empezó de primero, soplando con violencia; y apretó el hombre contra sí sus ropas, Bóreas asaltó entonces con más fuerza; pero el hombre, molesto por el frío, se colocó otro vestido. Bóreas, vencido, se lo entregó al Sol.
Este empezó a iluminar suavemente, y el hombre se despojó de su segundo vestido; luego lentamente le envió el Sol sus rayos más ardientes, hasta que el hombre, no pudiendo resistir más el calor, se quitó sus ropas para ir a bañarse en el río vecino.
Es mucho más poderosa una suave persuación que un acto de violencia.

El orador Demades

El orador Demades hablaba un día a los ciudadanos de Atenas, mas como no prestaban mucha atención a su discurso, pidió que le permitieran contar una fábula de Esopo. Concedida la demanda, empezó de este modo: -Demeter, la golondrina y la anguila viajaban juntas un día; llegaron a la orilla de un río; la golondrina se elevó en el aire, la anguila desapareció en las aguas.. -y aquí se detuvo el orador.
-Y Demeter..?-le gritaron-. ¿Qué hizo...?
-Demeter montó en cólera contra vosotros- replicó, porque descuidáis los asuntos de Estado para entreteneros con las fábulas de Esopo.
Eso sucede entre la gente: prefieren darle atención únicamente al placer dejando de lado las cosas realmente necesarias. Cuidémonos de no caer en ese error. Compartamos equilibradamente el deber y el placer.

viernes, 8 de octubre de 2010

El tocador de cítara

Un tocador de cítara sin talento cantaba desde la mañana a la noche en una casa con las paredes muy bien estucadas. Como las paredes le devolvían el eco, se imaginó que tenía una voz magnífica, y tanto se lo creyó, que resolvió presentarse en el teatro; pero una vez en la escena cantó tan mal, que lo arrojaron a pedradas.
No seamos nosotros jueces de nosotros mismos, no vaya a ser que nuestra parcialidad nos arruine.

jueves, 7 de octubre de 2010

El pescador revolviendo el río

Pescaba un pescador en un río, atravesándolo con su red de una a otra orilla; luego, con una piedra atada al extremo de una cuerda de lino, agitaba el agua para que los peces, aturdidos, cayeran al huir entre las mallas de la red. Vióle proceder así un vecino y le reprochó el revolver el río, obligándoles a beber el agua turbia; más él respondió: -á Si no revuelvo el río, tendré que morirme de hambre!
Igual sucede con las naciones: entre más discordia siembren los agitadores entre la gente, mayor será el provecho que obtendrán. Forma siempre tu propia opinión y no vayas a donde te quieran empujar otros sin que lo hayas razonado.

miércoles, 6 de octubre de 2010

El pescador flautista

Un pescador que también tocaba hábilmente la flauta, cogió juntas sus flautas y sus redes para ir al mar; y sentado en una roca saliente, púsose a tocar la flauta, esperando que los peces, atraídos por sus dulces sones, saltarían del agua para ir hacia él. Mas, cansado al cabo de su esfuerzo en vano, dejó la flauta a su lado, lanzó la red al agua y cogió buen número de peces. Viéndoles brincar en la orilla después de sacarlos de la red, exclamó el pescador flautista: -á Malditos animales: cuando tocaba la flauta no teníais ganas de bailar, y ahora que no lo hago parece que os dan cuerda!
Muchas veces no actuamos de acuerdo a las circunstancias que nos rodean, sino desatiempados o desubicados. Procuremos siempre estar bien situados.

martes, 5 de octubre de 2010

El pescador y el pececillo

Un pescador, después de lanzar al mar su red, sólo cogió un pececillo. Suplicó éste al pescador que le dejara por el momento en gracia de su pequeñez. - Cuando sea mayor, podrás pescarme de nuevo, y entonces seré para tí de más provecho -, terminó el pececillo.
-á Hombre-replicó el pescador-, bien tonto sería soltando la presa que tengo en la mano para contar con la insegura presa futura, por grande que sea! -
Más vale una moneda en la mano, que un tesoro en el fondo del mar.

sábado, 2 de octubre de 2010

El pescador y los peces pequeños y grandes

Un pescador al tirar de la red sacó a tierra los peces grandes, pero los pequeños se le escaparon al mar escurriéndose entre las mallas.
Las personas de poca importancia pueden pasar desapercibidas sin problema, pero las de mucha fama no se escapan del juicio de sus semejantes.

viernes, 1 de octubre de 2010

Los pescadores y las piedras

Tiraban unos pescadores de una red y como la sentían muy cargada, bailaban y gritaban de contento, creyendo que habían hecho una buena pesca. Arrastrada la red a la playa, en lugar de peces sólo encontraron piedras y otros objetos, con lo que fue muy grande su contrariedad, no tanto por la rabia de su chasco, como por haber esperado otra cosa. Uno de los pescadores, el más viejo, dijo a sus compañeros:
-Basta de afligirse, muchachos, puesto que según parece la alegría tiene por hermana la tristeza; después de habernos alegrado tanto antes de tiempo, era natural que tropezásemos con alguna contrariedad.
Es rutina de la vida que a buenos tiempos siguen unos malos y a los malos tiempos le suceden otros buenos. Estemos siempre preparados a estos inesperados cambios.

jueves, 30 de septiembre de 2010

El carnicero y los dos jóvenes

Hallábanse dos jóvenes comprando carne en el mismo establecimiento. Viendo ocupado al carnicero en otro sitio, uno de los muchachos robó unos restos y los arrojó en el bolsillo del otro. Al volverse el carnicero y notar la falta de los trozos, acusó a los dos muchachos. Pero el que los había cogido juró que no los tenía, y el que los tenía juró que no los había cogido. Comprendiendo su argucia, díjoles el carnicero: -Podéis escapar de mí por un falso juramento, pero no escaparéis ante los dioses.

Los falsos juramentos no dejan de serlo aunque se disfracen de verdad.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Los hijos desunidos del labrador

Los hijos de un labrador vivían en discordia y desunión. Sus exhortaciones eran inútiles para hacerles mudar de sentimientos, por lo cual resolvió darles una lección con la experiencia. Les llamó y les dijo que le llevaran una gavilla de varas. Cumplida la orden, les dio las varas en haz y les dijo que las rompieran; mas a pesar de todos sus esfuerzos, no lo consiguieron. Entonces deshizo el haz y les dio las varas una a una; los hijos las rompieron fácilmente.
- Ahí tienen! les dijo el padre-. Si también ustedes, hijos míos, permanecen unidos, serán invencibles ante sus enemigos; pero estando divididos serán vencidos uno a uno con facilidad.
Nunca olvides que en la unión se encuentra la fortaleza.

martes, 28 de septiembre de 2010

Los leñadores y el pino

Rendían unos hacheros un pino y lo hacían con gran facilidad gracias a las cuñas que habían fabricado con su propia madera. Y el pino les dijo:
-No odio tanto al hacha que me corta como a las cuñas nacidas de mí mismo.
Es más duro el sufrimiento del daño que nace de uno mismo que del que proviene de afuera.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Los ladrones y el gallo

Entraron unos ladrones en una casa y sólo encontraron un gallo; se apoderaron de él y se marcharon. A punto de ser inmolado por los ladrones, rogoles el gallo que le perdonaran alegando que era útil a los hombres, despertándolos por la noche para ir a sus trabajos. -Mayor razón para matarte, exclamaron los ladrones-, puesto que despertando a los hombres nos impides robar.
Nada hay que aterrorize más a los malvados que todo aquello que es útil para los honrados.

viernes, 24 de septiembre de 2010

El náufrago y el mar

Arrojado un náufrago en la orilla, se durmió de fatiga; mas no tardó en despertarse, y al ver al mar, le recriminó por seducir a los hombres con su apanencia tranquila para luego, una vez que los ha embarcado sobre sus aguas, enfurecerse y hacerles perecer. Tomó el mar la forma de una mujer y le dijo:
-No es a mí sino a los vientos a quienes debes dirigir tus reproches, amigo mío; porque yo soy tal como me ves ahora! y son los vientos los que, lanzándose sobre mí de repente, me encrespan y enfurecen.
Nunca hagamos responsable de una injusticia a su ejecutor cuando actúa por orden de otros, sino a quienes tienen autoridad sobre él.

jueves, 23 de septiembre de 2010

El médico y el paciente que murió

Un médico tenía en tratamiento a un enfermo. Este murió, y el médico decía a las personas del acompañamiento:
-Si este hombre se hubiera abstenido del vino y se hubiese puesto lavativas, no hubiera muerto.
- &iexecl;Amigo, le contestaron-, no es ahora, que no sirve de nada cuando tenías que haber dicho esto, sino antes, cuando tu consejo podía haber sido de provecho!
Las correcciones debemos hacerlas siempre en el momento oportuno y no dejarlas sólo para mencionarlas cuando ya es tarde.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

El estómago y los pies

El estómago y los pies discutían sobre su fuerza. Los pies repetían a cada momento que su fuerza era de tal modo superior, que incluso llevaban al estómago.
A lo que éste respondió:
-Amigos míos, si yo no les diera el alimento, no me podrían llevar.-
Veamos siempre con atención dónde se inicia realmente la cadena de sucesos. Demos el mérito a quien realmente es la base de lo que juzgamos.

martes, 21 de septiembre de 2010

El hombre y la estatua

Un pobre tenía una estatuita de un dios, al que suplicaba que le diera la fortuna; pero como su miseria no hacía más que aumentar, se enojó y, cogiendo al dios por un pie, le golpeó contra la pared. Rompióse la cabeza del dios, desparramando monedas de oro. El hombre las recogió y exclamó: -Por lo que veo, tienes las ideas al revés, además de ser un ingrato, porque cuando te adoraba, no me has ayudado, y ahora que acabo de tirarte, me contestas colmándome de riqueza.
Nada ganamos elogiando a los ingratos o malvados, más se consigue castigándolos.

El hombre y el sátiro

Dícese que en otro tiempo un hombre concertó un pacto de amistad con un sátiro. Llegó el invierno y con él el frío; el hombre arrimaba las manos a la boca y soplaba en ellas. Preguntóle el sátiro por qué lo hacía. Repuso que se calentaba la mano a causa del frío.
Sirviéronse luego de comer y los alimentos estaban muy calientes, y el hombre, cogiéndolos a trocitos, los acercaba a la boca y soplaba en ellos. Preguntóle otra vez el sátiro por qué lo hacia. Contestó que enfriaba la comida porque estaba muy caliente.
-áPues escucha-exclamó el sátiro, renuncio a tu amistad porque lo mismo soplas con la boca lo que está frío que lo que está caliente!
No nos confundamos con aquellos que nos presentan o aparentan incertidumbre en sus actos.

domingo, 19 de septiembre de 2010

El hombre y el león viajeros

En cierta ocasión viajaban juntos un hombre y un león. Iban disputando que quién era más, cuando al pie del camino encontraron una estela de piedra que representaba a un hombre estrangulando a un león. -Ahí ves cómo somos más fuertes que vosotros dijo el hombre enseñándosela al león.
-Si los leones supieran esculpir - respondió el león con una sonrisa-, verías a muchos más hombres entre las garras del león.
No nos jactemos con palabras vanas de lo que la experiencia desmiente con claridad.

sábado, 18 de septiembre de 2010

El hombre y el león de oro

Un avaro que también era de ánimo apocado encontró un león de oro, y púsose a decir: -¿Qué hacer en este trance? El espanto paraliza mi razón; el ansia de riqueza por un lado y el miedo por otro me desgarran. Qué azar o qué dios ha hecho un león de oro? Lo que me sucede llena mi alma de turbación; quiero el oro, y temo la obra hecha con oro; el deseo me empuja a cogerlo, y mi natural a dejarlo.¡Oh fortuna que ofrece y que no permite tomar!¡Oh tesoro que no da placer!¡Oh favor de un dios que es un suplicio! ¿Qué haré para que venga a mis manos? Volveré con mis esclavos para coger el león con esta tropa de amigos, mientras yo miro desde lejos.
No es correcto acaparar riquezas para no usarlas nosotros ni dejarlas usar a los demás. Aprovechémoslas para ponerlas al servicio de todos, incluídos nosotros mismos.

lunes, 13 de septiembre de 2010

El eunuco y el sacerdote

Un eunuco fue en busca de un sacerdote y le pidió que hiciera un sacrificio en su favor a fin de que pudiera ser padre. Y el sacrificador le dijo:
Observando el sacrificio, pido que tú seas padre; pero viendo tu persona, ni siquiera me pareces un hombre.
No debemos pretender lo que bien sabemos que no estamos en condiciones de obtener.

El médico ignorante

Un médico ignorante trataba a un enfermo; los demás médicos habían asegurado que, aunque no estaba en peligro, su mal sería de larga duración; únicamente el médico ignorante le dijo que tomara todas sus disposiciones porque no pasaría del día siguiente. Al cabo de algún tiempo, el enfermo se levantó y salió, pálido y caminando con dificultad. Nuestro médico le encontró y le dijo:
-¿Cómo están, amigos, los habitantes del infiemo?
- Tranquilos - contestó -, porque han bebido el agua del Lecteo. Pero últimamente Hades y la Muerte proferían terribles amenazas contra los médicos porque no dejan morir a los enfermos, y a todos los apuntaban en su libro. Iban a apuntarte a tí también, pero yo me arrojé a sus pies jurándoles que no eras un verdadero médico y diciendo que te habían acusado sin motivo.
Ten cuidado con los que pretenden arreglar tus problemas sin tener preparación para ello.

sábado, 11 de septiembre de 2010

El enfermo y su doctor

Habiéndole preguntado un médico a un enfermo por su estado, contestó el enfermo que había sudado más que de costumbre.
-Eso va bien dijo el médico.
Interrogado una segunda vez sobre su salud, contestó el enfermo que temblaba y sentía fuertes escalofrios.
-Eso va bien -dijo el médico.
Vino a verle el médico por tercera vez y le preguntó por su enfermedad. Contestó el enfermo que había tenido diarrea.
-Eso va bien -dijo el médico, y se marchó.
Vino un pariente a ver al enfermo y le preguntó que cómo iba.
-Me muero -contesto- a fuerza de ir bien.

Por lo general, quienes nos rodean nos juzgan por las apariencias y nos consideran felices por cosas que en realidad nos producen profundo dolor.

viernes, 10 de septiembre de 2010

El cazador de pájaros y el aspid

Un cazador de pájaros cogió la liga y las ramitas untadas y partió para la caza. En el camino vio a un tordo encaramado en un árbol elevado y se propuso cazarlo, para lo cual ajustó las varitas como suelen hacerlo y, mirando fijamente, concentró en el aire toda su atención. Mientras alzaba la cabeza, no advirtió que pisaba un aspid dormido, el cual, revolviéndose, le mordió. Y el cazador, sintiéndose morir, exclamó para sí: - Desdichado! Quise atrapar una presa, y no advertí que yo mismo me convertía en presa de la muerte.
Cuando pensamos en dañar a nuestro prójimo, no nos damos cuenta de nuestra propia desgracia.

jueves, 9 de septiembre de 2010

El cazador miedoso y el leñador

Buscando un cazador la pista de un león, preguntó a un leñador si había visto los pasos de la fiera y dónde tenía su cubil. -Te señalaré al león mísmo. -dijo el leñador.
-No, no busco al león, sino sólo la pista- repuso el cazador pálido de miedo y castañeteando los dientes.
Si quieres ser atrevido en las palabras, con más razón debes ser valiente con los actos.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

El bandido y la morera

Un bandido que había asesinado a un hombre en un camino, al verse perseguido por los que allí se encontraban, abandonó a su víctima ensangrentada y huyó. Pero viéndole unos viajeros que venían en sentido contrario, le preguntaron por qué llevaba las manos tintas; a lo que respondió que acababa de descender de una morera. Entretanto llegaron sus perseguidores, se apoderaron de él y le colgaron en la morera. Y el árbol dijo: -No me molesta servir para tu suplicio, puesto que eres tú quien ha cometido el crimen, limpiando en mí la sangre.
A menudo ocurre que personas bondadosas, al verse denigrados por los malvados, no tienen duda en mostrarse también malvados contra ellos.

martes, 7 de septiembre de 2010

El anciano y la muerte

Un día un anciano, después de cortar leña, la cargó a su espalda. Largo era el camino que le quedaba. Fatigado por la marcha, soltó la carga y llamó a la Muerte. Esta se presentó y le preguntó por qué la llamaba; contestó el viejo: -Para que me ayudes a cargar la leña...
Por lo general, el impulso por la vida es más fuerte que su propio dolor.

Los dos enemigos

Dos hombres que se odiaban entre sí navegaban en la misma nave, uno sentado en la proa y otro en la popa. Surgió una tempestad, y hallándose el barco a punto de hundirse, el hombre que estaba en la popa preguntó al piloto que cuál era la parte de la nave que se hundiría primero.
-La proa - dijo el piloto.
-Entonces repuso este hombre - no espero la muerte con tristeza, porque veré a mi enemigo morir antes que yo.
Muy mezquina actitud es preferir ver sufrir a los enemigos que inquietarse por el daño que irremediablemente se está a punto de recibir.

domingo, 5 de septiembre de 2010

El semidios

Un hombre tenía en su casa la imagen de un semidiós, al que ofrecía ricos sacrificios. Como no cesaba de gastar en estos sacrificios sumas considerables, el semidiós se le apareció por la noche y le dijo: -Amigo mío, deja ya de dilapidar tu riqueza, porque si te gastas todo y luego te ves pobre, me echarás a mí la culpa.
Si gastas tus riquezas en cosas innecesarias, no le eches luego la culpa de tus problemas a nadie más.

sábado, 4 de septiembre de 2010

El astrónomo

Tenía un astrónomo la costumbre de pasear todas las noches estudiando los astros. Un día que vagaba por las afueras de la ciudad, absorto en la contemplación del cielo, cayó inopinadamente en un pozo. Estando lamentándose y dando voces, acertó a pasar un hombre, que oyendo sus lamentos se le acercó para saber su motivo; enterado de lo sucedido, dijo: -¡Amigo mío! ¿quieres ver lo que hay en el cielo y no ves lo que hay en la tierra?
Está bien mirar y conocer a nuestro alrededor, pero antes hay que saber donde se está parado.

Tomado de Cuentos y Fábulas en Sternet

viernes, 3 de septiembre de 2010

El apicultor

Un ladrón se introdujo en casa de un apicultor durante su ausencia, robando miel y panales. A su regreso, el apicultor, viendo vacías las colmenas, se detuvo a examinarlas. En esto, las abejas, volviendo de libar y encontrándole allí, le picaron con sus aguijones y le maltrataron horriblemente. -!Malditos bichos -les dijo el apicultor-, dejaron marchar sin castigo al que les había robado los panales, y a mí que les cuido con cariño, me hieren de un modo implacable!
Muchas veces sucede que vemos con desconfianza a nuestros amigos, pero por ignorancia le tendemos la mano a quien es nuestro enemigo.

jueves, 2 de septiembre de 2010

El adivino

Instalado en la plaza pública, un adivino se entregaba a su oficio. De repente se le acercó un quídam, anunciándole que las puertas de su casa estaban abiertas y que habían robado todo lo que había en su interior. Levantóse de un salto y corrió, desencajado y suspirando, para ver lo que había sucedido. Uno de los que allí se encontraban, viéndole correr, le dijo: -Oye, amigo: tú que te picas de prever lo que ocurrirá a los otros, ¿por qué no has previsto lo que te sucedería a ti?
Siempre hay personas que pretenden dirigir lo que no les corresponde, pero no pueden manejar sus propios asuntos.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

La viuda y las criadas

Una viuda muy laboriosa tenía unas jóvenes criadas a las que despertaba por la noche al canto del gallo para empezar el trabajo. Ellas, extenuadas siempre de fatiga, resolvieron matar el gallo de la casa por ser él a sus ojos el causante de su desgracia, puesto que despertaba a su señora antes de que abriese el día. Mas ejecutado el propósito se encontraron con que habían agravado su mal, porque su señora, no teniendo el gallo que le indicaba la hora, las hacía levantar antes para ir al trabajo.
Nunca creas que la causa de tus problemas es lo que primero se atravieza ante tus ojos. Piensa en qué sucedería si eliminas lo que estás viendo como posible causa.

martes, 31 de agosto de 2010

La vieja y el médico

Una vieja enferma de la vista llamó con la promesa de pagarle, a un médico. Este se presentó en su casa, y cada vez que le aplicaba el ungüento no dejaba, mientras la vieja tenía los ojos cerrados, de robarle los muebles poco a poco. Cuando ya no quedaba nada, terminó también la cura, y el médico reclamó el salario convenido. Se negó a pagar la vieja, y aquél la llevó ante los jueces. La vieja declaró que, en efecto, le había prometido el pago si le curaba la vista, pero que su estado, después de la cura del médico había empeorado.
-Porque antes - dijo - veía todos los muebles que había en mi casa, y ahora no veo ninguno.
A los malvados, sus mismos actos los delatan.

lunes, 30 de agosto de 2010

La mujer y el marido borracho

Tenía una mujer un marido borracho. Para librarle de este vicio imaginó la siguiente treta. Esperando el momento en que su marido se quedaba insensible como un muerto a causa de la embriaguez, cargó con él sobre sus espaldas, lo llevó al cementerio y allí lo dejó. Cuando juzgó que ya se le había pasado la mona, volvió y llamó a la puerta del cementerio.
-¿Quién llama ahí?-dijo el borracho.
-Soy yo, que traigo la comida a los muertos contestó la mujer.
-No me traigas comida; prefiero que me traigas de beber - replicó el borracho.
Y la mujer, golpeándose el pecho, exclamó:
-áQué desdichada soy! Ni siquiera mi treta ha hecho sobre tí el menor efecto, marido mío, pues no sólo no te has corregido, sino que te has agravado, convirtiéndose tu vicio en una segunda naturaleza.
No dejes que una conducta equivocada domine tu vida. Pon tu razón sobre la equivocación.

La mujer y la gallina

Una mujer viuda tenía una gallina que le ponía un huevo todos los días. Pensó que si le daba más cebada pondría dos huevos, y aumentó su ración. Pero la gallina engordó y ya no pudo ni poner una vez al día.
Si sin control ni sabiduría forzas lo que ya te está sirviendo para que te dé más, sólo obtendrás que perderás lo que ya tienes.

sábado, 28 de agosto de 2010

La esclava fea y Afrodita

Una esclava fea y mala gozaba del amor de su amo. Con el dinero que éste le daba, la esclava se embellecía con brillantes adornos, rivalizando con su propia señora. Para agradecer a Afrodita que la hiciera bella, le hacía frecuentes sacrificios; pero la diosa se le apareció en sueños y dijo a la esclava: -No me agradezcas el hacerte bella, si lo hago es porque estoy furiosa contra ese hombre a quien pareces hermosa.
No te ciegues por lo que crees es tu tesoro, no vaya a ser que sólo sea una carencia en tus vecinos.

viernes, 27 de agosto de 2010

La bruja

Una bruja tenía como profesión vender encantamientos y fórmulas para aplacar la cólera de los dioses; no le faltaban clientes y ganaba de este modo ampliamente la vida. Pero fue acusada por ello de violar la ley, y, llevada ante los jueces, sus acusadores la hicieron condenar a muerte. Viéndola salir del tribunal, un observador le dijo:
-Tú, bruja, que decías poder desviar la cólera de los dioses, ¿cómo no has podido persuadir a los hombres?
Nunca creas en los que prometen hacer maravillas en lo que no se ve, pero son incapaces de hacer cosas ordinarias.

jueves, 26 de agosto de 2010

La lámpara

Borracha de aceite una lámpara y lanzando una luz poderosa, jactábase de ser más brillante que el sol. Pero en eso sopló un fuerte viento y se apagó enseguida. Alguien volvió a encenderla y le dijo: -Ilumina, lámpara, pero cállate: el resplandor de los astros nunca se eclipsa tan facilmente como el tuyo.
Nunca nos jactemos como si fuera de nuestra propiedad aquello que no depende de nosotros.

miércoles, 25 de agosto de 2010

El abeto y el espino

Disputaban entre sí el abeto y el espino. Se jactaba el abeto diciendo: -Soy hermoso, esbelto y alto, y sirvo para construir las naves y los techos de los templos. ¿Cómo tienes la osadía de compararte a mí?
-á Si recordaras-replicó el espino- las hachas y las sierras que te cortan, preferirías la suerte del espino!
Busca siempre la buena reputación pues es una gran honra, pero sin jactarte por ello, y también cuídate de los que quieren aprovercharse de ella para su propio provecho.

martes, 24 de agosto de 2010

El nogal

Un nogal que había crecido al pie de un camino y al cual los caminantes herían a pedradas para tomar sus frutos, dijo para sí suspirando: -á Infeliz de mí que todos los años me atraigo injurias y dolores ! -
Nunca seas rudo con quien generosamente te ayuda.

lunes, 23 de agosto de 2010

Los árboles que querían rey

Decididos un día los árboles a elegir un rey que los gobernara, dijeron al olivo:
-Reina en nosotros. Y el olivo contestó:
-¿Renunciar yo al líquido aceite que tanto aprecian en mí los dioses y los hombres, para ir a reinar entre los árboles?
Y los árboles buscaron a la higuera pidiéndole:
-Ven a reinar entre nosotros.
Y la higuera respondió igualmente:
-¿Renunciar yo a la dulzura de mis frutos para ir a reinar entre vosotros?
Entonces los árboles dijeron al espino:
-Ven a reinar en nosotros.
Y el espino respondió a los árboles:
-Si en verdad queréis ungirme para reinar entre vosotros, venid a poneros bajo mi amparo, o si no que surja el fuego de la espina y devore los cedros del Líbano!
Quien no tiene buenos frutos que dar, dará lo malo que tenga para sufrimiento de los que le rodean.

domingo, 22 de agosto de 2010

El sol y las ranas

Llegó el verano y se celebraban las bodas del Sol.
Regocijábanse todos los animales del acontecimiento, faltando poco para que también las ranas fueran de la partida; pero una de ellas exclamó: -áInsensatas! ¿Qué motivo tenéis para regocijaros? Ahora que es él solo, seca todos los pantanos; si toma mujer y tiene un hijo como él ¿qué nos quedará por sufrir?
Antes de celebrar un acontecimiento, primero ve sus futuras consecuencias.

sábado, 21 de agosto de 2010

El castor

El castor es un animal que vive en los pantanos. Ciertas de sus partes sirven, según dicen, para curar algunas enfermedades. Por eso cuando se ve descubierto y perseguido para cortarle las partes, sabiendo por qué le persiguen, huye hasta alguna distancia, sirviéndose de la rapidez de sus pies para conservarse intacto; pero cuando se ve perdido, él mismo corta sus partes, las arroja y salva de este modo su vida.
A veces deshacerse de algunas fortunas puede significar evitarse una tragedia.

viernes, 20 de agosto de 2010

El tordo

Un tordo picoteaba los granos de un bosquecillo de mirlos y, complacido por la dulzura de sus pepitas, no se decidía a abandonarlo. Un cazador de pájaros observó que el tordo se acostumbraba al lugar y lo cazó con liga.
Entonces el tordo, viendo próximo su fin, dijo:
-Desgraciado!¡Por el placer de comer me he privado de la vida!
Nunca dejes que un momentáneo placer te cierre las puertas de por vida.

martes, 17 de agosto de 2010

La langosta y su madre

- No andes atravesada y no roces tus costados contra la roca mojada, - decía una langosta a su hija. -Madre, - repuso ésta, - tú, que quieres instruirme, camina derecha y yo te miraré y te imitaré.
Antes de decir un consejo, primero dalo con tu ejemplo.

lunes, 16 de agosto de 2010

Los delfines, la ballena y la caballa

Delfines y ballenas libraban entre sí una batalla. Como la lucha se prolongaba con encarnizamiento, una caballa (que es un pez pequeño) salió a la superficie y quiso reconciliarlos. Pero un delfin tomó la palabra y dijo: -Nos humilla menos combatirnos y morir los unos por los otros, que tenerte a tí por mediador.
Hay personas sin valor alguno, que en épocas de confusión, se llegan a creer grandiosos.

domingo, 15 de agosto de 2010

Los dos escarabajos

Pacía un toro en una pequeña isla, y dos escarabajos se alimentaban de su boñiga. Llegado el invierno, uno de ellos dijo al otro que iba a cruzar el mar a fin de que su compañero tuviera suficiente alimento, mientras él pasaría el invierno en tierra firme. Agregó que si encontraba comida en abundancia le traería a él también. Cuando el escarabajo llegó al continente, encontró en él muchas y frescas boñigas, por lo que se estableció allí y se alimentó abundantemente. Pasó el invierno y volvió a la isla. Al verle su compañero gordo y saludable, le reprochó que no le hubiera llevado nada de lo prometido.
-- No me culpes a mí -- repuso --, sino a la naturaleza del lugar, porque se puede encontrar con qué vivir en él, pero es imposible alzar vuelo con tanta carga.
Siempre encontrarás supuestos amigos muy buenos para adular y prometer, pero no pasan de ahí, negándose a la hora real, de dar un servicio.

sábado, 14 de agosto de 2010

La hormiga y el escarabajo

Llegado el verano, una hormiga que rondaba por el campo recogía los granos de trigo y cebada, guardándolos para alimentarse durante el invierno. La vio un escarabajo y se asombró de verla tan ocupada en una época en que todos los animales, descuidando sus trabajos, se abandonan a la buena vida. Nada respondió la hormiga por el momento; pero más tarde, cuando llegó el invierno y la lluvia deshacía las boñigas, el escarabajo hambriento fue a pedirle a la hormiga una limosna de comida. Entonces sí respondió la hormiga:
-- Mira escarabajo, si hubieras trabajado en la época en que yo lo hacía y tú te burlabas de mí, ahora no te faltaría el alimento.
Cuando te queden excedentes de lo que recibes con tu trabajo, guarda una porción para cuando vengan los tiempos de escasez.

miércoles, 11 de agosto de 2010

La hormiga

Dice una leyenda que la hormiga actual era en otros tiempos un hombre que, consagrado a los trabajos de la agricultura, no se contentaba con el producto de su propio esfuerzo, sino que miraba con envidia el producto ajeno y robaba los frutos a sus vecinos. Indignado Zeus por la avaricia de este hombre, le transformó en hormiga.
Pero aunque cambió de forma, no le cambió el carácter, pues aún hoy día recorre los campos, recoge el trigo y la cebada ajenas y los guarda para su uso.
Aunque a los malvados se les castigue severamente, difícilmente cambian su naturaleza desviada.

martes, 10 de agosto de 2010

Las moscas

De un panal se derramó su deliciosa miel, y las moscas acudieron ansiosas a devorarla. Y era tan dulce que no podían dejarla. Pero sus patas se fueron prendiendo en la miel y no pudieron alzar el vuelo de nuevo. Ya a punto de ahogarse en su tesoro, exclamaron: --¡ Nos morimos, desgraciadas nosotras, por quererlo tomar todo en un instante de placer !
Toma siempre las cosas más bellas de tu vida con serenidad, poco a poco, para que las disfrutes plenamente. No te vayas a ahogar dentro de ellas.

lunes, 9 de agosto de 2010

La mosca

Cayó una mosca en una olla llena de carne. A punto de ahogarse en la salsa, exclamó para sí misma: -- Comí, bebí y me bañé; puede venir la muerte, no me importa ahora.
Al irresponsable no le importa el fracaso si su llegada a él le depara buenos momentos.

domingo, 8 de agosto de 2010

El atún y el delfín

Viéndose un atún perseguido por un delfín, huía con gran estrépito. A punto de ser cogido, la fuerza de su salto le arrojó sin darse cuenta, sobre la orilla. Llevado por el mismo impulso, el delfín también terminó en el mismo sitio. Se volvió el atún y vio al defín exhalando el último suspiro. -- No me importa morir -- dijo --, porque veo morir conmigo al causante de mi muerte.
Sufrimos con menos dolor las desgracias que nos hacen padecer, cuando las vemos compartidas con quienes nos las causan.

sábado, 7 de agosto de 2010

El cerdo y los carneros

Se metió un cerdo dentro de un rebaño de carneros, y pacía con ellos. Pero un día lo capturó el pastor y el cerdo se puso a gruñir y forcejar. Los carneros lo regañaban por gritón diciéndole:
-- A nosotros también nos echa mano constantemente y nunca nos quejamos.
-- Ah sí -- replicó el cerdo --, pero no es con el mismo fin. A ustedes les echan mano por la lana, pero a mí es por mi carne.
Perder lo reponible no nos debe preocupar, pero sí el perder lo que es irreparable.

viernes, 6 de agosto de 2010

La comadreja y la lima

Se introdujo una comadreja en el taller de un herrero y se puso a lamer una lima que ahí se encontraba. Al cabo de un rato su lengua arrojaba sangre en abundancia, y la comadreja se puso muy feliz pensando que había arrancado algo al hierro, hasta que acabó por perder su propia lengua.
Piensa siempre que si haces un daño, tarde o temprano éste regresará contra tí.

jueves, 5 de agosto de 2010

Las liebres y las ranas

Se reunieron un día las liebres y se lamentaban entre sí de llevar una vida tan precaria y temerosa, pues, en efecto, ¿No eran víctimas de los hombres, de los perros, de las águilas, y otros muchos animales ?¡ Más valía morir de una vez que vivir en el terror ! Tomada esta resolución, se lanzaron todas al mismo tiempo a un estanque para morir en él ahogadas.
Pero las ranas, que estaban sentadas alrededor del estanque, en cuanto oyeron el ruido de su carrera, saltaron asustadas al agua. Entonces una de las liebres, la que parecía más inteligente que las demás, dijo:
--¡Alto compañeras ! No hay que apurarse tanto, pues ya ven que aún hay otros más miedosos que nosotras!
El consuelo de los desgraciados es encontrar a otros en peores condiciones.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Los caracoles

El hijo de un labrador se hallaba tostando unos caracoles. Oyéndoles crepitar dijo:
--¡ Ah miserables animalejos, están sus casas ardiendo, y aún cantan ! --
Hacer las cosas fuera del tiempo o lugar que les corresponde, no es nada inteligente.

martes, 3 de agosto de 2010

La alondra moñuda

Una alondra moñuda cayó en una trampa y se dijo suspirando: --¡ Desgraciada alondra ! A nadie has robado ni oro ni plata, ni cosa valiosa alguna; llevarse un insignificante granito de trigo ajeno será la causa de tu muerte.
Nunca te expongas a un gran peligro por un mezquino beneficio.

lunes, 2 de agosto de 2010

El oso y la zorra

Se jactaba un oso de amar a los hombres por la razón de que no le gustaban los cadáveres. La zorra le replicó: --¡Quisieran los dioses que destrozaras a los muertos y no a los vivos !.
Nunca pienses en destruir lo que es útil. Si quieres mejorar algo que funciona, tómalo como base inicial, sin dañarlo, y no como material de desecho.

domingo, 1 de agosto de 2010

El asno y la perrita faldera

Un granjero fue un día a sus establos a revisar sus bestias de carga: entre ellas se encontraba su asno favorito, el cual siempre estaba bien alimentado y era quien cargaba a su amo. Junto con el granjero venía tambien su perrita faldera, la cual bailaba a su alrededor, lamía su mano y saltaba alegremente lo mejor que podía. El granjero reviso su bolso y dio a su perrita un delicioso bocado, y se sento a dar ordenes a sus empleados. La perrita entonces saltó al regazo de su amo y se quedó ahí, parpadeando sus ojos mientras el amo le acariciaba sus orejas. El asno celoso de ver aquello, se solto de su jáquima y comenzó a pararse en dos patas tratando de imitar el baile de la perrita. El amo no podía aguantar la risa, y el asno arrimándose a él, puso sus patas sobre los hombros del granjero intentanto subirse a su regazo. Los empleados del granjero corrieron inmediatamente con palos y horcas, ensenandole al asno que las toscas actuaciones no son cosa de broma.
No nos dejemos llevar del mal consejo que siempre dan los injustificados celos.
Sepamos apreciar los valores de los demás.

El murciélago y el jilguero

Un jilguero encerrado en una jaula colgada en una ventana cantaba de noche. Oyo un murciélago desde lejos su voz, y acercándosele, le preguntó por qué cantaba sólo de noche. -- No es sin razón -- repuso -- porque de día cantaba cuando me atraparon, pero desde entonces aprendí a ser prudente.
--¡ Pues no es ahora cuando debías serlo, pues ya estás bien enjaulado, sino debió haber sido antes de que te capturaran ! -- replicó el murciélago.
La prudencia es para vivirla antes de caer en el error, no para después de la desgracia.