-Los pastores y los boyeros sólo me miraban de reojo.
-Pues si tan mal te miraban, los que salen con los rebaños al despuntar el día y no vuelven hasta el empezar la noche, ¿cómo te mirarían todos aquellos con quienes pasabas el día entero?
Pequeños signos nos señalan grandes cosas, y débiles luces nos muestran secretos ocultos.
Tomado de Cuentos y Fábulas en Sternet
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