El hombre, ignorante de su peligro, estuvo a punto de beber, pero en eso el águila bajó y le golpeó su mano con su ala, y, agarrando el cuerno de bebida en sus garras, se lo llevó a lo alto y lo derramó, salvándole así su vida.
Ser agradecido, además de un deber, es un acto de gran nobleza.
Tomado de Cuentos y Fábulas en Sternet
No hay comentarios:
Publicar un comentario